Los clientes son una pareja que quieren construir tres viviendas para sus tres hijos. Se plantean 3 casas “independientes” que comparten la misma parcela. Cada casa disfruta de independencia e intimidad tanto en los espacios interiores como en los jardines exteriores manteniendo la posibilidad de cierta “vecindad familiar”.

Las casas buscan la apertura hacia el sudeste y se van escalonando adaptándose al terreno y buscando minimizar la alteración del terreno.

Constructivamente las casas se plantean con sistemas de pantallas y pilares de hormigón armado con forjados reticulares dando respuesta de esta manera a los requerimientos producidos por el grado de sísmico de la zona, así como aumentando la inercia térmica del conjunto.